Por: Luís Pineda
Una de las preguntas más frecuentes que se hacen antes de iniciar una ronda de golf con los amigos (después de las debidas presentaciones con el famoso “foursome”), aparte de las tradicionales ¿en qué club juegas? o ¿qué bastones usas?, es sin duda la de ¿qué hándicap tienes?
Hay varias respuestas que siguen a esta pregunta. Por lo general quienes las responden lo hacen viendo al suelo, a los bastones de los contrincantes, o inclusive hasta después de haber analizado el tiro de salida que hicimos en el hoyo 1.
Unas de estas clásicas respuestas son: “estoy jugando muy mal ahorita”, “tiro más o menos tanto”; otra muy común es “hace mucho que no juego”, o la típica “mi profe me cambió el swing “. Tantas y tantas más respuestas para justificar el buen o mal juego que venga después.
Resulta muy curioso como en México (que es el país donde he podido notar que más se presenta este fenómeno) ¡la mayoría de las personas no dicen su hándicap real! De hecho, termina siendo una información casi secreta (si no es que maquillada a veces) y casi siempre inflada por un motivo que no termino de entender.
En otros países es motivo de orgullo tener el “hándicap” más bajo posible y los miembros de los diferentes clubes, al final de cada ronda, meten todas sus tarjetas buscando tener ese “hándicap” de un dígito o al menos irlo mejorando constantemente.
La realidad es que no es mi intención decir que se busca hacer trampa “cantando” un “hándicap” más bajo, pero sí la de animar a todos los jugadores a que siempre busquen mostrar su verdadero juego para seguir haciendo del golf un deporte de altura. No se requiere siquiera estar “federado” e ir metiendo tarjetas cada ronda ya que, como ustedes saben, existen un sin número de aplicaciones gratuitas que nos pueden ayudar a mostrar el “handi” real que vamos logrando.
Y a todos ustedes les pregunto: ¿Cuál es su hándicap?
